Me encantaba esa sensación. La sensación de
sentir que estás protegida, que nada malo te puede llegar a ocurrir. Estar así
es lo que más me gustaba. Eso es lo que buscaba todas las noches, acurrucarme bajo
cinco mantas en el sofá, mientras veía una peli. Deseaba que la peli fuera
interminable, y a pasarme así todo el tiempo. Esa noche tocaba “Los mundos de Coraline”. Mi hermano me
dijo que no me la debía pasar, que esa película no era para niñas tan pequeñas.
Pero yo le dije que no era tan pequeña como él pensaba. Desde siempre me ha
tratado como una niña pequeña, antes era pequeña; ahora tengo nueve años. Algo
que mi hermano tardó en comprender. Nunca me han asustado las pelis de dibujos,
las de miedo sí, pero ¡era de dibujos! Me acordé de una peli de dibujos que había visto anteriormente, yaquella peli me gustó. Además, ponía para mayores de siete
años, y yo tenía nueve. A pesar de esto, debería haber escuchado a mi hermano y
no haberla visto, hubiera sido mucho mejor.
Lo tenía todo preparado. Las patatillas
vinagretas (mis preferidas), el disco y el comedor vacío. Solo faltaba que
saliera de mi nido de calor, a pesar de que me daba mucha pereza. Me desenrolle
de todas las mantas, pisé el suelo con los pies desnudos, ¡mi madre, que frío!
Decidí andar de puntillas, así parecía que en el suelo había menos hielo. Cogí
el disco, y me acerqué al DVD. Increíble, estaba desenchufado. Tenía miedo de
volver a enchufarlo. Hace dos semanas hice lo mismo que hoy, y el DVD también
estaba desenchufado. Me agaché, estiré el brazo y cogí el cable. Conduje el
clave hasta el enchufe, a ciegas intenté enchufarlo. No debería haberlo hecho.
¡Jope! Calambrazo. Así que esta vez iba a ser más precavida. Busque bien el
enchufe y lo enchufé. Encendí la tele y luego encendí el DVD.
La casa estaba totalmente silenciosa, a
pesar de que había mucha gente en ella. Mis hermanas y mi padre ya estaban
dormidos, y mi madre y una hermana mayor estaban viendo un programa de
cotilleos en el cuarto. Odiaba ese tipo de programas donde la gente se
criticaba uno tras otro, me parecía odioso. Ya está, estaba hecho, la película
había empezado. Automáticamente, cogí las patatillas y las abrí. Estaba
totalmente tapada, pero mi mano se movía entre la bolsa de patatillas y mi
boca.
Al principio me aborrecía tremendamente, no
pasaba nada interesante, hasta que ella encontró la llave. Esa llave le
conducía a otro mundo paralelo donde sus padres le cuidaban con cariño(al
contrario que en otro mundo, que pasaban olímpicamente de ella) y tenían botones por ojos. Resulta que su
madre del mundo paralelo la quería mucho, pero la quería ver muerta. ¡Pobre
Coraline! Su “madre” le quería coser los ojos y ponerle botones. Entonces,
Coraline salió corriendo hacia el lado opuesto a su madre mala, corría hacia
mí. ¡Parece que va a salirse de la tele, para venir hacia mí!
.¡¡Ayúdame!!¡¡Te lo suplico!!- Clamó
Coraline.
Me levanté de un salto, destruyendo mi nido
de calor. Coraline me estaba hablando… ¿a mí? De que va todo esto, los dibujos
no hablan, pero este sí. Daba golpes a
la pantalla para poder llamar mi atención. Me levanté y me puse frente al
televisor. Ahí estaba ella, suplicando mi ayuda. ¿Me estoy volviendo loca?
-¡Por favor, por favor, no dejes que me
lleve! Aprecio mis ojos, te lo suplico…-dijo Coraline llorando.
Instintivamente, como si no lo pensara, alce
mi mano frente al televisor. Mi mano se posó sobre la pantalla, roce la mano de
Coraline. ¡Me cogió la mano! Sentí la fuerza de Coraline mientras apretaba mi
mano, intentaba salir de la televisión, lo consiguió. Por esfuerzo suyo al
agarra mi mano y por mi fuerza de tirar de ella, caímos hacia atrás. La había
salvado.
-¿Qué se supone que ha pasado?-dije al borde
de la locura.-Eres un dibujo animado, los dibujos animados no salen de las pantallas.
-¿Y qué querías, que me matase? Por si no te
has dado cuenta soy muy joven para morir.- Afirmó aquel dibujo animado “real”.-Venga,
hay que irnos.
- ¡¿Pero a donde quieres que nos vayamos?!
Estás en mi casa y como es mi casa no me
pienso mover, porque…
Coraline me tapó la boca con su mano, una
mano blanca como el marfil y suave como una pluma. Era muy real para ser
irreal. Con la otra mano que le quedaba libre me arrastró hasta detrás del
sofá. En esos instantes me dediqué a observarla.
Parecía que tenía mi edad, pero era un poco
más baja. Llevaba el pelo negro y corto, recogido con una coleta, como en esa
parte de la película. Tenía unos grandes ojos muy oscuros, que miraban a la
nada. Su boca pequeña, parecía que
recitaba algún tipo de hechizo que la sacara de ahí.
-¿Qué hacemos?- pregunté mientras en mis
labios salían palabras llenas de miedo.
-Debemos de volver allí, me tienes que
ayudar a salvar a los otros niños.-Susurró Coraline.
-¿Cómo pretendes que vayamos ahí? Además
teniendo en cuenta a tu “madre” psicópata.
-Ella no es mi madre, mi madre me cuida y me
quiere. No se preocupa mucho por mí y no me pregunta todos los días como me va,
pero al menos no me quiere matar…
-Vale, entramos, salvamos a los niños y
matamos a tu “madre” loca.
-Ni que fuera tan fácil. La mujer esa es una
sádica. Lo tiene todo muy bien montado. Es una persona muy fría y calculadora,
no tiene escrúpulos por nada ni por nadie, es un ser despiadado.
-De todo eso ya me había dado cuenta, entre
otras cosas porque te quería matar a ti, a su “hija”.
Coraline hizo un gesto de silencio con la
mano. De repente me di cuenta de lo que pasaba, la había encontrado.
Me asomé un poco, y la vi. ¡Estaba saliendo
de la tele! ¡Estaba en el comedor! Coraline me tiró para abajo y me agachó. Vi
como la cosa en la que se había convertido el ser llamado “su madre” recorría
el pasillo.
Parecía un gusano. Era un ser largo y
estirado, media casi dos metros; y como no, era muy fea.
-Tengo que seguirla, en los cuartos están
mis hermanas.-clamé.
-Si vas ahí y llamas su atención, te
arrancará los ojos y te pondrá botones, y morirás. ¿Quieres ayudar? Pues hay
que volver a mi mundo y destruir todos los botones que tenga. Así no nos podrá
coser con nada. ¿Estás dispuesta?
-Cuenta conmigo.
Nos cogimos de la mano, y ambas con paso
firme, nos dirigimos hacia el televisor. Eché la mirada atrás mientras veía el
comedor, a lo mejor no lo vuelvo a ver, me dije. Hice lo que hizo Coraline, y
acerqué mi mano a la pantalla. Me recordó como si estuviera en una piscina y me
sumergía, lo mismo.
-¿Preparada?- preguntó Coraline.
Le hice un gesto afirmativo en con la
cabeza, cerré los ojos. Fue una sensación muy extraña. Fue como entrar en una
piscina, pero no era agua sino un
entorno hostil.
-¿Dónde estamos?- pregunté.
-No lo sé. Posiblemente sabía que me escapé a la
otra realidad, y por si volvía me topara con esto, una trampa. Esta habitación
no la conozco.
Era una habitación muy pequeña, con las
paredes de madera y como húmeda. Estaba vacía, no había nada en la habitación,
ni siquiera una salida. Pero si una ventana, muy pequeña. Me asomé por ella. No
había nada alrededor, solo agua.
-¿Qué hacemos no hay? No hay nada en nuestro
alrededor que no sea agua y… ¿Oyes eso?- Pregunté.
-Nos ha encontrado.-Afirmó Coraline.
-Coraline, estamos pérdidas…-Razoné.
-Salid ahora, pequeñas. –Susurró una voz
aguda.
Era cierto, nos había encontrado. Una
pequeña luz apareció. Por ella se asomaba su “madre”. Me dio un susto tremendo.
Solo quería salir de allí. Deseaba estar en mi casa. Casita, casita, casita,
solo podía pensar que quería estar allí, con los míos.
-Pequeñas mías, parece que habéis encontrado
mi taller secreto. ¿Sabéis que hago aquí? Cambio ojos por botones. Ojos como
los vuestros por botones como esos.- Dijo señalando mi pantalón. Palpé el
bolsillo, ahí estaban los dichosos botones ¿Cómo era posible?- ¿Quien será la
primer, tu Coraline o esta pequeña?
La mano de Coraline
buscaba la mía, mi mano buscaba la suya. Hasta que se encontrarón. Nos cogimos
con fuerza, para despedirnos. Cerré los ojos con fuerza, quería salir de allí.
Esuché ruido a nuestro alrededor, y no fui la única.
-¿Qué es eso?- Exigió
saber la “madre” de Coraline.
Miré a mi alrededor. Ya
no era de noche, de repente había mucha luz. Cerré los ojos con fuerza, y
cuando los abrí...
-¿No me digas que te has
pasado toda la noche dormida en el sofa? Seguro que has tenido pesadillas.-
Dijo mi madre.
-¿Dónde está Coraline?-
Mi madre puso cara que al parecer no sabia nada.- Estabamos en el taller de su
madre mala, nos quería arrancar los ojos y ponernos botones, yo tenia mucho
miedo pero Coraline...
-Tentol, ¿quien es
Coraline?- preguntó mi madre.
-La niña de la
...-¡Dios! Fue todo un sueño, bueno una pesadilla.- ¿Cómo acabó la peli de
ayer?
-¿La peli esa de miedo
que estabas viendo?- afirmé con la cabeza.-Vi el final, como una niña de pelo
oscuro se abrazaba con sus padres, creo, o algo así.
-Lo mejor de todo es que
no era de miedo, sino de dibujos- aclaré .
Mi madre hizo un gesto negativo con la cabeza. Con una sonrisa me dijo:
-Bueno hija, si tu lo
dices. Venga ahora a desayunar que ya está la leche en el fuego.
Me quedé con la duda. Al
final ¿a quién abrazaba? ¿A sus padres buenos o a los malos?. ¡Pobre Coraline!
Que vida más dura. Quizá tuviese un final feliz, ojalá. Debía volver a ver la
peli para saber como acaba, pero esta vez lo haría a plena luz del día.
A pesar del día de hoy,
con quince años, no puedo evitar gritrar “¡Corre Coraline! ¡Pobre Coraline!”;
cada vez que veo esa película.

Aqui se muestra a Coraline con su "madre" mala.
-Protagonista:
yo; antagonista: la madre mala de Coraline. Personajes secundarios: Coraline y mi madre.
-El
personaje principal (yo) es el narrador de la historia, protagonista, escrita
en 1ªpersona.
-Marcadores
temporales: hay unos cuantos como “esa noche, al principio...”
-Verbos
de acción:en el texto abundan los verbos de acción como: “debía, estaba,
ayúdame,...”
-La
intrducción de la historia va de “me encantaba esa sensación” hasta “encendí la tele y el DVD”.
-El
nudo comienza en “la casa estaba totalmente silenciosa” y concluye en la
oración “Cerré los ojos con fuerza y cuando los abrí...”
-El
desenlace de “¿No me digas que has pasado toda la noche en el sofá?” hasta “ cada vez que veo esa película”.
-Hay
una anticipación: “A pesar de
esto, debería haber escuchado a mi hermano y no haberla visto, hubiera sido
mucho mejor”.
-También, el
texto incluye una retrospección: toda la historia es una retrospección. Exceptuando el final "A pesar del día de hoy,
con quince años, no puedo evitar gritrar “¡Corre Coraline! ¡Pobre Coraline!”;
cada vez que veo esa película."
-Tiene signos
de diálogos como: -, :, “”.
-Hay llamadas
al interlocutor como: “-Coraline, estamos pérdidas…”
- En el texto
se recogen todas las modalidades de la oración:
·
Enunciativa: Que vida más dura.
·
Interrogativa: ¿Dónde está Coraline?
·
Exclamativa: ¡Dios!
·
Exhortativas o imperativas: Salid ahora, pequeñas.
·
Optativa o desiderativa: Deseaba estar en mi casa.
·
Dubitativa: Quizá tuviese un final feliz, ojalá.
·
De posibilidad: Posiblemente sabía que me escapé a la otra realidad, y por si volvía me
topara con esto, una trampa.
-El texto
incluye verbos diciendo como: “clamó, afirmó, preguntó,…”