miércoles, 26 de septiembre de 2012

¡Pobre Coraline!



Me encantaba esa sensación. La sensación de sentir que estás protegida, que nada malo te puede llegar a ocurrir. Estar así es lo que más me gustaba. Eso es lo que buscaba todas las noches, acurrucarme bajo cinco mantas en el sofá, mientras veía una peli. Deseaba que la peli fuera interminable, y a pasarme así todo el tiempo. Esa noche tocaba “Los mundos de Coraline”. Mi hermano me dijo que no me la debía pasar, que esa película no era para niñas tan pequeñas. Pero yo le dije que no era tan pequeña como él pensaba. Desde siempre me ha tratado como una niña pequeña, antes era pequeña; ahora tengo nueve años. Algo que mi hermano tardó en comprender. Nunca me han asustado las pelis de dibujos, las de miedo sí, pero ¡era de dibujos! Me acordé de una peli de dibujos que había visto anteriormente, yaquella peli me gustó. Además, ponía para mayores de siete años, y yo tenía nueve. A pesar de esto, debería haber escuchado a mi hermano y no haberla visto, hubiera sido mucho mejor.
Lo tenía todo preparado. Las patatillas vinagretas (mis preferidas), el disco y el comedor vacío. Solo faltaba que saliera de mi nido de calor, a pesar de que me daba mucha pereza. Me desenrolle de todas las mantas, pisé el suelo con los pies desnudos, ¡mi madre, que frío! Decidí andar de puntillas, así parecía que en el suelo había menos hielo. Cogí el disco, y me acerqué al DVD. Increíble, estaba desenchufado. Tenía miedo de volver a enchufarlo. Hace dos semanas hice lo mismo que hoy, y el DVD también estaba desenchufado. Me agaché, estiré el brazo y cogí el cable. Conduje el clave hasta el enchufe, a ciegas intenté enchufarlo. No debería haberlo hecho. ¡Jope! Calambrazo. Así que esta vez iba a ser más precavida. Busque bien el enchufe y lo enchufé. Encendí la tele y luego encendí el DVD.
La casa estaba totalmente silenciosa, a pesar de que había mucha gente en ella. Mis hermanas y mi padre ya estaban dormidos, y mi madre y una hermana mayor estaban viendo un programa de cotilleos en el cuarto. Odiaba ese tipo de programas donde la gente se criticaba uno tras otro, me parecía odioso. Ya está, estaba hecho, la película había empezado. Automáticamente, cogí las patatillas y las abrí. Estaba totalmente tapada, pero mi mano se movía entre la bolsa de patatillas y mi boca.
Al principio me aborrecía tremendamente, no pasaba nada interesante, hasta que ella encontró la llave. Esa llave le conducía a otro mundo paralelo donde sus padres le cuidaban con cariño(al contrario que en otro mundo, que pasaban olímpicamente de ella)  y tenían botones por ojos. Resulta que su madre del mundo paralelo la quería mucho, pero la quería ver muerta. ¡Pobre Coraline! Su “madre” le quería coser los ojos y ponerle botones. Entonces, Coraline salió corriendo hacia el lado opuesto a su madre mala, corría hacia mí. ¡Parece que va a salirse de la tele, para venir hacia mí!
.¡¡Ayúdame!!¡¡Te lo suplico!!- Clamó Coraline.
Me levanté de un salto, destruyendo mi nido de calor. Coraline me estaba hablando… ¿a mí? De que va todo esto, los dibujos no hablan, pero este sí.  Daba golpes a la pantalla para poder llamar mi atención. Me levanté y me puse frente al televisor. Ahí estaba ella, suplicando mi ayuda. ¿Me estoy volviendo loca?
-¡Por favor, por favor, no dejes que me lleve! Aprecio mis ojos, te lo suplico…-dijo Coraline llorando.
Instintivamente, como si no lo pensara, alce mi mano frente al televisor. Mi mano se posó sobre la pantalla, roce la mano de Coraline. ¡Me cogió la mano! Sentí la fuerza de Coraline mientras apretaba mi mano, intentaba salir de la televisión, lo consiguió. Por esfuerzo suyo al agarra mi mano y por mi fuerza de tirar de ella, caímos hacia atrás. La había salvado.
-¿Qué se supone que ha pasado?-dije al borde de la locura.-Eres un dibujo animado, los dibujos animados no salen de las pantallas.
-¿Y qué querías, que me matase? Por si no te has dado cuenta soy muy joven para morir.- Afirmó aquel dibujo animado “real”.-Venga, hay que irnos.
- ¡¿Pero a donde quieres que nos vayamos?! Estás en mi casa y como es mi casa  no me pienso mover, porque…
Coraline me tapó la boca con su mano, una mano blanca como el marfil y suave como una pluma. Era muy real para ser irreal. Con la otra mano que le quedaba libre me arrastró hasta detrás del sofá. En esos instantes me dediqué a observarla.
Parecía que tenía mi edad, pero era un poco más baja. Llevaba el pelo negro y corto, recogido con una coleta, como en esa parte de la película. Tenía unos grandes ojos muy oscuros, que miraban a la nada. Su boca pequeña, parecía que  recitaba algún tipo de hechizo que la sacara de ahí.
-¿Qué hacemos?- pregunté mientras en mis labios salían palabras llenas de miedo.
-Debemos de volver allí, me tienes que ayudar a salvar a los otros niños.-Susurró Coraline.
-¿Cómo pretendes que vayamos ahí? Además teniendo en cuenta a tu “madre” psicópata.
-Ella no es mi madre, mi madre me cuida y me quiere. No se preocupa mucho por mí y no me pregunta todos los días como me va, pero al menos no me quiere matar…
-Vale, entramos, salvamos a los niños y matamos a tu “madre” loca.
-Ni que fuera tan fácil. La mujer esa es una sádica. Lo tiene todo muy bien montado. Es una persona muy fría y calculadora, no tiene escrúpulos por nada ni por nadie, es un ser despiadado.
-De todo eso ya me había dado cuenta, entre otras cosas porque te quería matar a ti, a su “hija”.
Coraline hizo un gesto de silencio con la mano. De repente me di cuenta de lo que pasaba, la había encontrado.
Me asomé un poco, y la vi. ¡Estaba saliendo de la tele! ¡Estaba en el comedor! Coraline me tiró para abajo y me agachó. Vi como la cosa en la que se había convertido el ser llamado “su madre” recorría el pasillo.
Parecía un gusano. Era un ser largo y estirado, media casi dos metros; y como no, era muy fea.
-Tengo que seguirla, en los cuartos están mis hermanas.-clamé.
-Si vas ahí y llamas su atención, te arrancará los ojos y te pondrá botones, y morirás. ¿Quieres ayudar? Pues hay que volver a mi mundo y destruir todos los botones que tenga. Así no nos podrá coser con nada. ¿Estás dispuesta?
-Cuenta conmigo.
Nos cogimos de la mano, y ambas con paso firme, nos dirigimos hacia el televisor. Eché la mirada atrás mientras veía el comedor, a lo mejor no lo vuelvo a ver, me dije. Hice lo que hizo Coraline, y acerqué mi mano a la pantalla. Me recordó como si estuviera en una piscina y me sumergía, lo mismo.
-¿Preparada?- preguntó Coraline.
Le hice un gesto afirmativo en con la cabeza, cerré los ojos. Fue una sensación muy extraña. Fue como entrar en una piscina, pero no era  agua sino un entorno hostil.
-¿Dónde estamos?- pregunté.
-No lo sé. Posiblemente sabía que me escapé a la otra realidad, y por si volvía me topara con esto, una trampa. Esta habitación no la conozco.
Era una habitación muy pequeña, con las paredes de madera y como húmeda. Estaba vacía, no había nada en la habitación, ni siquiera una salida. Pero si una ventana, muy pequeña. Me asomé por ella. No había nada alrededor, solo agua.
-¿Qué hacemos no hay? No hay nada en nuestro alrededor que no sea agua y… ¿Oyes eso?- Pregunté.
-Nos ha encontrado.-Afirmó Coraline.
-Coraline, estamos pérdidas…-Razoné.
-Salid ahora, pequeñas. –Susurró una voz aguda.
Era cierto, nos había encontrado. Una pequeña luz apareció. Por ella se asomaba su “madre”. Me dio un susto tremendo. Solo quería salir de allí. Deseaba estar en mi casa. Casita, casita, casita, solo podía pensar que quería estar allí, con los míos.
-Pequeñas mías, parece que habéis encontrado mi taller secreto. ¿Sabéis que hago aquí? Cambio ojos por botones. Ojos como los vuestros por botones como esos.- Dijo señalando mi pantalón. Palpé el bolsillo, ahí estaban los dichosos botones ¿Cómo era posible?- ¿Quien será la primer, tu Coraline o esta pequeña?
La mano de Coraline buscaba la mía, mi mano buscaba la suya. Hasta que se encontrarón. Nos cogimos con fuerza, para despedirnos. Cerré los ojos con fuerza, quería salir de allí. Esuché ruido a nuestro alrededor, y no fui la única.
-¿Qué es eso?- Exigió saber la “madre” de Coraline.
Miré a mi alrededor. Ya no era de noche, de repente había mucha luz. Cerré los ojos con fuerza, y cuando los abrí...
-¿No me digas que te has pasado toda la noche dormida en el sofa? Seguro que has tenido pesadillas.- Dijo mi madre.
-¿Dónde está Coraline?- Mi madre puso cara que al parecer no sabia nada.- Estabamos en el taller de su madre mala, nos quería arrancar los ojos y ponernos botones, yo tenia mucho miedo pero Coraline...
-Tentol, ¿quien es Coraline?- preguntó mi madre.
-La niña de la ...-¡Dios! Fue todo un sueño, bueno una pesadilla.- ¿Cómo acabó la peli de ayer?
-¿La peli esa de miedo que estabas viendo?- afirmé con la cabeza.-Vi el final, como una niña de pelo oscuro se abrazaba con sus padres, creo, o algo así.
-Lo mejor de todo es que no era de miedo, sino de dibujos- aclaré .
Mi madre hizo un gesto negativo con la cabeza. Con una sonrisa me dijo:
-Bueno hija, si tu lo dices. Venga ahora a desayunar que ya está la leche en el fuego.
Me quedé con la duda. Al final ¿a quién abrazaba? ¿A sus padres buenos o a los malos?. ¡Pobre Coraline! Que vida más dura. Quizá tuviese un final feliz, ojalá. Debía volver a ver la peli para saber como acaba, pero esta vez lo haría a plena luz del día.

A pesar del día de hoy, con quince años, no puedo evitar gritrar ¡Corre Coraline! ¡Pobre Coraline!; cada vez que veo esa película.
 
Aqui se muestra a Coraline con su "madre" mala.

-Protagonista: yo; antagonista: la madre mala de Coraline. Personajes  secundarios: Coraline y mi madre.
-El personaje principal (yo) es el narrador de la historia, protagonista, escrita en 1ªpersona.
-Marcadores temporales: hay unos cuantos como “esa noche, al principio...”
-Verbos de acción:en el texto abundan los verbos de acción como: “debía, estaba, ayúdame,...”
-La intrducción de la historia va de “me encantaba esa sensación”  hasta “encendí la tele y el DVD”.
-El nudo comienza en “la casa estaba totalmente silenciosa” y concluye en la oración “Cerré los ojos con fuerza y cuando los abrí...
-El desenlace de “¿No me digas que has pasado toda la noche en el sofá?” hasta “ cada vez que veo esa película”.
-Hay una anticipación: “A pesar de esto, debería haber escuchado a mi hermano y no haberla visto, hubiera sido mucho mejor”.
-También, el texto incluye una retrospección: toda la historia es una retrospección. Exceptuando el final "A pesar del día de hoy, con quince años, no puedo evitar gritrar ¡Corre Coraline! ¡Pobre Coraline!; cada vez que veo esa película."
-Tiene signos de diálogos como: -, :, “”.
-Hay llamadas al interlocutor como: “-Coraline, estamos pérdidas…”
- En el texto se recogen todas las modalidades de la oración:
·       Enunciativa: Que vida más dura.
·       Interrogativa: ¿Dónde está Coraline?
·       Exclamativa: ¡Dios!
·       Exhortativas o imperativas: Salid ahora, pequeñas.
·       Optativa o desiderativa: Deseaba estar en mi casa.
·       Dubitativa: Quizá tuviese un final feliz, ojalá.
·       De posibilidad: Posiblemente sabía que me escapé a la otra realidad, y por si volvía me topara con esto, una trampa.
-El texto incluye verbos diciendo como: “clamó, afirmó, preguntó,…”




2 comentarios:

  1. Hola, Anabel!
    No sé si la historia es real, pero yo vi esa película con 30 años y tuve miedo!!!
    En fin, la historia está bien, aunque creo que es algo larga y el final no está muy bien conseguido. Deberías practicar ser más concisa cuando escribes, para que el lector siempre quiera más.
    El análisis es impecable.
    Tienes un 8.

    Enhorabuena.

    Mar

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  2. Gracias. Espero, intentare hacer caso a tu comentario y llegar hacer mas concisa y hacer historias impresionantes que sean impecables. Intento hacer pequeñas historias por que me gusta escrinbir; me aplicare el comentario.

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